Finita la Negra Pescadora

Su nombre es Josefina, pero todos la llaman la negra pescadora. La encuentro cada atardecer en el malecón de Cienfuegos, Cuba.
Sus compañeros dicen que pesca mejor que cualquier hombre en Cienfuegos, título difícil de conseguir puesto que es una profesión muy masculina.
Cansada de trabajar en hostelería por muy poco dinero, se dedica a pescar para alimentarse, y el excedente lo vende a los restaurantes.
Tiene dos hijas y está divorciada, no quiere saber nada de hombres, dice que allí toman mucho y la pegan.
Alegre y valiente Finita demuestra que uno puede rebelarse a lo que se le impone y decidir así, cómo vivir.
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