Bañada por las aguas tropicales del Mar de Sulu, la isla de Coron fue testigo de enfrentamientos entre las fuerzas japonesas y americanas durante II Guerra Mundial. Dicha batalla naval provocó el hundimiento de 24 barcos de guerra nipones, lo que sumado a su increíble fondo marino, lo hace un destino perfecto para el turismo de buceo. Sin embargo, los auténticos tesoros que esconde la isla residen en la gente que la habita.

Un lugar de encuentro que refleja este encanto, es su mercado. Situado a la entrada del puerto, ofrece al anochecer pescado y marisco fresco, diferentes frutas de llamativos colores y esa vida y alegría características de la isla.  Durante el día este mismo lugar se transforma para albergar a los mercaderes, dueños de los puestos que a menudo suelen vivir en el establecimiento y llevar allí las actividades propias de una familia.